La ciudad de Toledo fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1986 y año tras año sorprende muy gratamente a todos los visitantes que se acercan a conocerla cada día. A continuación podrás ver una recopilación de algunos de los monumentos que no te puedes perder si quieres conocer a fondo la ciudad.

Catedral de Toledo

La primera de las paradas en una visita a esta Ciudad Patrimonio debe de ser sin duda su catedral, puesto que se trata probablemente del edificio más representativo de toda la ciudad. La Catedral de Toledo mide unos 120 metros de alto y tiene un ancho de 60 metros. La comenzó a construir el Maestro Martin pero casi toda se debe a Petrus Petri. Este monumento tiene cinco pasillos y cruceros de gran tamaño, con una capilla central que se encuentra cercada por un ambulatorio doble.

En ella se pueden apreciar diferentes estilos puesto que cuenta con más de cinco siglos de obras arquitectónicas. Aúna el estilo del Altar Mayor, renacentista, con el mudéjar de los Arcos del Triforio, con el neoclásico del exterior y con el barroco de la Sacristía, una obra que no se puede dejar de visitar pues sin duda constituye una maravilla arquitectónica con un gran tesoro artístico.

Monumentos de Toledo más importantes: Alcázar de Toledo

Alcázar de Toledo

La segunda visita ineludible, a otro símbolo de esta ciudad es la del Alcázar. Este monumento fue durante el siglo III un palacio romano y se mandó restaurar en el reinado de Alfonso VI y X. En el siglo XVI, bajo el mandato de Carlos I fue modificado, creándose un edificio compacto y cerrado.

El Alcázar se organiza alrededor de un patio rectangular que tiene doble nivel de arcos, los cuales se encuentran sostenidos por unas columnas que tienen un aire clásico y está completo con una fachada sobria, dividida en tres pisos. Resulta también impresionante la escalera y este lugar fue residencia temporal de las reinas viudas. Actualmente dos de sus grandes atractivos son que en su interior se encuentran la Biblioteca de Castilla-La Mancha y también el Museo del Ejército.

Iglesia de Santa María la Blanca

La tercera parada la constituye la Sinagoga de Santa María la Mayor o la Blanca. La construcción de este edificio data del siglo XIII, primero como sinagoga, aunque más tarde pasa a utilizarse como iglesia. A mitad del siglo XIX se recupera en forma de monumento y se trata de un lugar con cinco naves separadas concretamente por arcos de herradura. Entre sus adornos destacan cenefas a modo de decoración que incluyen elementos geométricos y también vegetales.

Los arcos forman elementos poligonales y ayudan a elevar lo que constituye la nave central, mientras que las naves laterales tienen una altura más baja y vienen con un artesonado de par hilera y par y nudillo. En general este conjunto es una muestra del clásico arte de los almohades puesto al servicio de los judíos para construir este lugar.

Iglesia de Santo Tomé, Toledo

Iglesia de Santo Tomé

No te puedes perder la visita a este lugar ya que en ella se encuentra el famosísimo cuadro del Greco “Entierro del Conde de Orgaz”. Esta pintura fue hecha entre los años 1586 y 1588 cuando se encontraba en su etapa de madurez artística.

Este cuadro, con unas dimensiones de 4,80 por 3,60 metros cuenta la historia del Señor de Orgaz quién dejo una herencia para el cura, los ministros y los pobres de la parroquia. Como no se pagó durante muchos años, el párroco de aquella época encargó esta pintura para recordar al Conde.

Sinagoga del Tránsito

El siguiente lugar que se debe conocer es la Sinagoga del Tránsito diseñada por Samuel Leví. Después de la expulsión de los judíos en 1492 esta sinagoga se transformó en una iglesia cristiana y actualmente es un museo especialmente dedicado a la cultura sefardí.

Está decorado con formas geométricas y vegetales y lo que más destaca es el muro del fondo en el que se pueden apreciar tres arcos lobulados dónde se contenían los rollos de los textos sagrados. Esta sinagoga se extiende alrededor de un salín central de oración que está coronado por la galería de las mujeres en la parte superior derecha.

El Monasterio de San Juan de los Reyes

El Monasterio de San Juan de los Reyes

Tampoco se puede dar por completa una visita a Toledo sin acercarse a conocer el Monasterio San Juan de los Reyes, elegida la iglesia más bonita de todo Toledo. Construcción de Juan Guas bajo mandato de los Reyes Católicos para conmemorar la victoria en la batalla de Tor que fue reconstruida en el Siglo XIX por Arturo Melida.

Finalmente fue completada su restauración de la mano de la Academia de Bellas Artes y de la Dirección de Regiones Devastadas de la mano de Moreno Torres. Este monumento pertenece a la Orden Franciscana aunque desde el siglo pasado la iglesia está abierta al culto.

La Iglesia del Salvador

Esta iglesia se encuentra en su plaza homónima y en ella se pueden apreciar restos de la anterior mezquita y de sus orígenes visigodos. En el siglo XV se edificó en ella la capilla de Santa Catalina y se decoró con obras de artistas realmente importantes como por ejemplo un retablo de Berruguete.

En este lugar, que cuenta con unos claros orígenes primitivos, se podrán conocer los tesoros visigodos de sus primeros tiempos, además de admirar diferentes obras y tesoros pictóricos de distintas épocas.

El Museo de los Concilios

Este museo es en realidad especialmente interesante porque se trata de un edificio que es un museo en sí mismo: la Iglesia de San Román. Esta iglesia con un marcado estilo mudéjar es una de las iglesias medievales más interesantes con las que cuenta esta ciudad. Sin duda es un gran lugar para apreciar el arte visigodo.

En el museo se pueden apreciar piezas originales como elementos arquitectónicos de diferentes épocas: capiteles, frisos con motivos geométricos etc. y también reproducciones como las copias del conocido tesoro de Guarrazar e incluso un sepulcro paleocristiano

La Casa-Museo del Greco

La Casa-Museo del Greco

El siguiente punto de paso es la Casa-Museo del Greco, que, a pesar de no ser la verdadera residencia de este conocidísimo artista cretense, sí reproduce con total fidelidad una mansión de la ciudad datada en el siglo XVI.

Desde el mobiliario hasta los elementos que componen la decoración, todo es sorprendente. Actualmente se pueden ver las salas que están dedicadas al Marqués de Vega-Inclán y las salas que están dedicadas al pintor dónde se pueden conocer la obra y también la vida de éste, así como también su influencia en la ciudad de aquella época, a comienzos del siglo XVII.

La Mezquita del Cristo de la Cruz

Antiguamente se la denominó mezquita Bab al-Mardum y es sin duda uno de los monumentos arquitectónicos más antiguos que quedan enteros en toda Europa. Es sin duda una de las mejores joyas del arte islámico en España y en ella se pueden encontrar un gran número de sorpresas, como por ejemplo que se ha descubierto que se encuentra encima de una calle romana.

En 1182, tras la Reconquista de esta ciudad, la mezquita fue declarada templo cristiano y a la edificación de la época se le añadió un ábside de estilo claramente mudéjar, pasando a tomar el nombre actual de “Cristo de la Cruz”.

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