Sinagoga de Santa María La Blanca de Toledo

El primer impulso al entrar en la conocida Sinagoga de Santa María la Blanca de Toledo probablemente sea el de comprobar que realmente se está visitando esta clase de templo puesto que se trata de un lugar realmente sorprendente en la capital. Esta sinagoga ubicada al oeste de la ciudad puede visitarse todos los días hasta casi las seis en invierno y casi las siete el resto del año.

Resulta sorprendente su visita pues, aunque se trata de un edificio que se construyó hacia finales del siglo XII como lugar de culto judío, su decoración de estilo claramente mudéjar tiende a confundirse con una mezquita.

Historia de la Sinagoga

Realmente no se sabe si este edificio es la conocida como antigua Sinagoga Mayor de Toledo, de finales del siglo XII o la Nueva construida aproximadamente en el mismo periodo. Lo que si se conoce es que se mandó construir por un funcionario judío de aquella época que se encontraba al servicio del Rey Alfonso VIII. Este funcionario hizo venir a arquitectos y a diferentes artesanos de origen almohade desde Córdoba y es por ello que el edificio adquirió un estilo mudéjar.

Más tarde, en el siglo XIV este lugar recibió el ataque hacia la comunidad judía y en el siglo XV se convirtió en un templo cristiano y se pasó a conocer como iglesia. Conforme pasó el tiempo fue un beaterio para mujeres arrepentidas, un edificio abandonado y un cuartel militar. Al concluir la Guerra Civil se convirtió en iglesia católica y fue declarada Monumento Nacional.

Qué ver en la Sinagoga de Santa María La Blanca

Qué ver en la Sinagoga de Santa María La Blanca

Si se va a visitar esta sinagoga se tiene que tener en cuenta que es un edificio bastante pequeño que en su interior se encuentra dividido en cinco naves diferentes que a su vez están separadas por distintas arcadas de arcos circulares que se apoyan sobre columnas octogonales hechas con ladrillos. El techo de este lugar está cubierto con un artesonado mudéjar y mientras vas pasando por su interior podrás ver diferentes rincones de mucha riqueza decorativa, aunque lo que más llama la atención es sin duda el color blanco que se encuentra presente en las columnas y en los arcos.

La arquitectura en general es muy original, con un estilo marcadamente mudéjar y una fusión de diferentes técnicas. Además el estilo arquitectónico, con pilares octogonales, también están muy cercanas a las construcciones medievales castellanas y la decoración de las zonas bajas se corresponde sin duda con el estilo nazarí del reino de Granada en el siglo XIV. La planta de este edificio es realmente extraña puesto que se trata de un cuadrilátero irregular que se encuentra orientado hacia el este y que tiene unas medidas de entre 28 y 26 metros de largo y 23 y 19 de ancho.

Columnas de la Sinagoga de Santa María La Blanca

La escultura también está muy presente en esta sinagoga en la que destaca una escultura realmente rica y llamativa. Destacan sobre todo los capiteles de estuco con decoraciones de cintas o piñas mientras los adornos de composiciones geométricas están también muy presentes. Además, resulta también muy curioso como en el lugar sólo se conserva una estrella de David. Esta se encuentra emplazada en el último punto decorativo ubicado en la parte derecha de la nave central. Se trata de una estrella de seis puntas que no se adscribe al judaísmo hasta después del siglo XV, lo que se traduce en que en este edificio formaba parte de los puntos comunes compartidos con las culturas más orientales.

En cuanto a la pintura, cabe reseñar como con las diferentes reformas se han perdido muchos elementos, como se cree que sucedió con el lugar destinado para albergar la Torah, zona en la que se cree que probablemente habría inscripciones que reseñarían alguna información sobre la fundación de lugar. Por otro lado se presupone también que en el resto de muros tendrían que haber inscripciones pintadas con salmos y con fragmentos bíblicos, como ocurría en la Sinagoga del Tránsito, dónde si han resistido puesto que fueron grabadas en yeso.

Recientemente sí se han encontrado unas pinturas de las que aún no se conoce bien su significado, concretamente en el muro oeste, junto a la puerta principal. Se trata de unos frescos realizados sobre fondo blanco dónde se pueden ver cadenas, la cabeza de una serpiente, círculos y peces. Se cree que estas pinturas pertenecen a un antiguo edificio mudéjar que probablemente se destruyó con las remodelaciones.

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